sábado, 20 de octubre de 2012

Siempre te olvidaré

Princesa de una noche, musa de madrugada.

Algunos dirán que no es mucho, pero para mi fue un mundo. Eludimos al destino, y después nos fuimos de cañas. Aquellos minutos al margen de nuestros planes, las caricias incondicionales que nos salvaban de nosotros mismos hasta ponernos de nuevo los caparazones de tela.

Un par de caladas,  unas palabras mal cruzadas. Esos bancos de madera se volvieron el Taj Mahal a la luz de la luna. Hicimos promesas que nunca se cumplirán y nos dimos un cariño que era para otros, mientras blasfemábamos en nombre de dioses en los que no creíamos.

Y cuando el Sol, insolente, nos sorprendió al amanecer rompiendo el hechizo del que habíamos sido presa, nos despedimos con palabras corteses mientras nuestros nombres ya se perdían en la duda de la noche mas absurda de nuestras vidas. La mas necesaria.

Nunca tuyo, Joaquín.




1 comentario:

  1. "Eludimos al destino y después nos fuimos de cañas" Me encanta. ¿Quién no lo querría?

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